Hace un par de domingos estuve observando una pequeña bandada de gorriones molineros que se movían entre lo olmos ya vestidos con las semillas que no tardarán en secarse y caer como confetis.Me sorprendió mientras los afotaba lo poco esquivos que se mostraban y la estrecha distancia que me permitieron. Sin embargo sus primos, los gorriones comunes, no te dejan acercarse mucho y se largan mucho antes.La foto está hecha con un viejo objetivo Vivitar 55-210 montado en mi Nikon D7100 y con enfoque manual que pude hacer sin prisas con estos simpáticos pájaros que parecía que posaran para mí y con la luz del sol a sus espaldas tuve que aprovechar las pocas ocasiones que tenía de verles los ojos.