Jajaja, Saga, no sé si será trampa, pero desde luego es astucia... y has acertado. Descarté también estas tomas porque no me gustaba mi reflejo en las gafas... pero no llegué a darme cuenta de que s pudiera distinguir el móvil de la cámara. Cuesta, porque además el móvil tiene una "funda de cartera" que le hace ocupar más, pero si se fija uno muy bien, puede distinguirse.
En todo caso, el propósito de este segundo ejemplo iba más bien en la línea del desenfoque que ha apuntado Prontor, que claro que también ha acertado. Utilicé en la cámara controles manuales para, en efecto, abrir al máximo, y disparar con los siguientes parámetros: ISO 100, f1.2, 1/3200 s. En cambio, el iPhone, en su modo automático, optó por ISO 20, f2.4, 1/120 s.
Me pareció que la diferencia era en este caso bastante evidente. Si os fijáis, en la toma de la cámara (en efecto, la primera), la segunda columna, muy próxima a la primera, ya empieza a estar desenfocada, y el desenfoque se intensifica gradualmente para lograr un bokeh muy intenso, pero creo que realmente suave y agradable (aquí si parece mas notorio el efecto de la apertura circular). El iPhone, en cambio, desenfoca en este caso menos, y de forma menos gradual y menos suave. Por cierto, si nos fijamos mucho, hay algún punto en el que se produce un nivel de desenfoque que no corresponde, de nuevo en un pendiente pero mucho menos que en otro caso. Desde que Prontor hizo notar este punto he estado haciendo diversas pruebas en las que, en objetos muy finos, el software parece "equivocarse" con la distancia...
Bueno, la clase estaba en el desenfoque intenso y armónico que parece que hoy solo algunos objetivos pueden lograr. No en vano Canon tiene, en sus dos distancias más propicias para retratos (50mm y 85 mm), objetivos con apertura máxima de 1.8, de 1.4 y de 1.2. La diferencia en precio, como muchos sabréis, es notoria. Y creo que la de calidad también, aunque para ser sincero eso requeriría una prueba específica entre este 85mm f1.2 y otro con apertura 1.4, ya que probando en mi mismo objetivo 1.2 o 1.4, desde luego a veces es muy difícil apreciar las diferencias. Con 1.8 sí es más notorio, siempre en ejemplos en los que el desenfoque sea gradual e importante en la foto.
La enseñanza de esta segunda prueba: aunque las diferencias sean cada vez menores... creo que hoy todavía "merece la pena" uno de estos objetivos, para determinadas situaciones o para fotografía profesional o artística, o cuando se buscan los mejores resultados en retratos (esas fotos preciosas que vemos de modelos en las que un ojo esta enfocado y otro empieza a desenfocarse, o las orejas o el pelo tienen ya cierto desenfoque, realzando el conjunto del retrato). Estoy seguro de que más pronto que tarde la mejora de los efectos digitales en los dispositivos móviles irá haciendo imperceptibles estas diferencias. Mientras tanto... disfrutemos de nuestros objetivos de calidad.
Una ultima reflexión. Estas comparativas hoy ya tienen sentido, no son disparatadas porque como se ve no es tan fácil distinguir; cuando hace pocos años eran inimaginables por las enormes diferencias por todos asumidas. Pero, como ya apuntaba ayer Eduardo, hablamos de ámbitos en los que los resultados se igualan mucho: retrato con buena luz natural, o cabría añadir ciertos paisajes diurnos, etc. En cambio, en otros terrenos como macros o fotografía nocturna, aunque cada vez tiene más importancia la edición, creo que haría falta más tiempo para que las cámaras de los móviles se aproximen a las cámaras réflex y sus objetivos. Esas circumpolares o vías lácteas que algunos hemos ido probando y otros maestros de los que estáis aquí domináis... no creo que puedan hacerse con un móvil próximamente. Aunque si Dios nos da vida y salud, tampoco descarto que lo veamos.