Después de un buen rato, ambos sentados en el silencio del anfiteatro:
- Momo, ¿ tú creés que algún día los niños entenderan lo que piensan los mayores?
- No.. Beppo, de la misma manera que los mayores no pueden entender lo que piensan los niños. Es el tiempo que nos separa el que nos va cambiando la forma de pensar, y es el tiempo el que hace que muchos de tus amigos, luego, acaben como los hombres grises, con un reloj para medirlo y un maletin para llevarlo.
... y ambos volvieron a estar sentados en silencio en el anfiteatro.
Un saludo