Por el camino de Santiago, entre TOLEDO y Albarreal de Tajo, paseo con frecuencia con la bicicleta. En esta época del año, el campo está precioso, y en algunas zonas se forma un auténtico manto de flores. Es imposible resistirse a parar, y aunque sea con el móvil, tratar de plasmar esta fiesta de alegría y colorido, tan efímera en estas tierras llamadas muy pronto a secarse por completo.
Sé que así no conseguiré ningún récord de velocidad, y tampoco la fotografía del siglo, pero disfruto del momento y del paseo...