En el año 2015, tuve la oportunidad de ver una exposición de Josef Koudelka en una de las salas que la Fundación Mapfre tiene en Madrid. Me impresionaron sus fotografías por lo expresivas y en muchas casos por la dureza de las situaciones fotografiadas.
Aprovechando mi reciente viaje a Praga donde Koudelka inicio su andadura fotográfica, he tenido la oportunidad de visitar una gran exposición retrospectiva de su obra.
Después de un buen rato disfrutando y emocionándome con la exposición, y adquirir algunas de las reproducciones que vendían en la tienda del museo, me dispuse a salir al patio que preside la entrada, a tomar un descaso con la idea de fotografía la entrada al museo con mi móvil y subirla a las redes sociales.
Me dirigí hacia un banco de granito en el que había sentado un señor en el centro, el cual al ver que me dirigía hacia él amablemente se desplazó a un lado para cederme parte del asiento. Entonces me quité la mochila de la fotografía, y con mucha parsimonia coloque mi entrada sobre el banco, la cual estaba totalmente lisa sin un solo doble, pues la había guardado en el folleto de la exposición; me dispuse a hacer la foto mientras el viejete que llevaba colgada una cámara analógica, me miraba sin parpadear. Cuando termine de hacer la foto, me senté un momento a su lado y comenzó a hablarme en Inglés, idioma que no entiendo pero como es tan universal es el que la gente mas practica cuando se cruza en el extranjero, no le entendí prácticamente nada de lo que me dijo, pero si le dije en español y en espanglish mis impresiones de la exposición, los dos sonreímos, y poco después el se levanto y se dirigió hacia el interior del museo. Allí termino mi visita al museo.
Después, cuando por la noche llegué al hotel me puse a mirar cosas en internet sobre koudelka y cual fue mi sorpresa cuando descubrí que aquel anciano con el que estuve "hablando", sin enterarme de nada eres el mismísimo Josef Koudelka, con su camisa verde, su chaleco caqui y su cámara de carrete.
Cada vez que lo recuerdo me emociono y se me saltan las lagrimas, al mismo tiempo que me da rabia de no haberlo reconocido y poder hablar con el.
La verdad es que no había visto nunca su cara hasta que no lo vi en una biografía y después que me he visto varios video en youtube. Que pena no saber idiomas, porque aunque me he traído el mejor recuerdo posible de Praga, el poder hablar con él y entendernos hubiera sido maravilloso
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