Excelente ejercicio, Nicolás.
mauriciopcom escribió: …En foto digital, entiendo que el formato RAW corresponde a lo que es el negativo en foto analógica y según mis conocimientos, no es posible de influir sobre el balance de blanco de un RAW. Lo que hace la cámara en el momento de la toma es poner filtros digitales para ajustar los colores finales del JPEG que podemos asimilar a la copia positiva de antes. Cuando utilizamos el AWB, la cámara se refiere a una base de datos comparado la escena que vamos a tomar a patrones de luz similares. Si seleccionamos manualmente una temperatura concreta, la cámara se limita a ajustar el JPEG según la temperatura elegida, pero nunca modifica el RAW. Los datos de todos los arreglos se registran conjuntamente al RAW y nuestro programa de edición (Lightroom, DxO, Capture One, etc,..) utiliza estos datos para reproducir las interpretaciones de la propia cámara, que podemos luego modificar a nuestro gusto…
Sí, básicamente creo que es así. Todos los sensores trabajan exclusivamente en blanco y negro en valores de intensidad basados en la luminosidad de la escena. Es el procesador interno de la cámara el que “interpreta” la imagen en color a través de los diminutos filtros primarios, azul, verde y rojo, colocados encima de cada pixel y distribuidos conforme a la matriz Bayer. Eso es así en la mayoría de los sensores. Es precisamente esa interpretación la que puede modificarse en un sentido u otro a través de nuestra selección del balance de blancos, aunque no necesariamente para obtener un jpeg, el formato de salida dependerá de nuestra selección en el revelado posterior, la cámara sólo realiza la salida de un jpeg en su pantallita posterior para que lo veamos de forma aproximada, pero esa imagen no tiene nada que ver con el jpeg que revelemos después, de hecho puede ser bastante diferente.
Pero vamos a tu interesante reflexión. Parece que el ajuste automático del balance de color (AWB) está previsto para la mayoría de las ocasiones, sobre todo diurnas, en las que se da una iluminación de luces neutras, en el entorno de los 5.000 ºK, y funciona bastante bien en general, incluso con temperaturas algo alejadas de ese nivel.
En tu ejercicio nos traes tres ejemplos de diferentes ajustes pero ya corregidos a través del revelado y, efectivamente, las diferencias son mínimas por no decir ninguna, al menos yo no las aprecio. Lo cual no quiere decir que no existan pues probablemente una medición detallada en cada zona con instrumentos adecuados de análisis, sí nos daría diferencias. La imagen que has elegido es muy global y abarca bastantes luces diferentes, vapor de sodio o de mercurio, fluorescentes, leds u otras. Todas esas luces se compensan mutuamente, y su mezcla se equilibra. Probablemente una escena con menos tipos de luces, por ejemplo un interior sólo con las habituales luces de tungsteno, te hubiera dado resultados más diferenciados y es precisamente ahí, en esos casos, donde se aconseja escoger un valor manual o realizar un balance color personalizado. Sería interesante hacer esa otra prueba y ampliar detalles comparativos por zonas trabajando de las dos formas
Es verdad que se ha avanzado muchísimo en los programas de edición pero de momento y conforme a mi experiencia me decanto por hacer un balance de color personalizado en la mayoría de las escenas como en interiores o en nocturnas en las que es de presumir diferencias, porque a mi juicio existe otra importante razón: en el campo digital cualquier intervención que hagamos a una imagen que ya está formada y grabada en nuestra tarjeta, la degrada y esa degradación siempre es proporcional a lo que tengamos que intervenir en su edición. Y eso se produce siempre, aunque no lo notemos o nos parezca que no existen apenas diferencias. Los programas de edición operan con la imagen ya formada, jamás trabajan con la luz pura, la que originó nuestras fotos. Por ello es preferible trabajar con la cámara no sólo en este importante parámetro del color sino en todos los demás. ¿Qué es mejor: algo roto y reparado o algo totalmente nuevo?.
Aunque aparentemente todo lo podamos arreglar, cuanto menos editemos, mejor.