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Robando almas, réflex en mano

13 Mar 2016 19:16 #134343
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albertoamorjimenez Autor del tema Moderador fuera de línea
  • Cuando el espíritu se desvanece, aparece la forma
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Fotografiamos lo que somos y cómo somos. Pero no sólo es nuestro carácter el que condiciona el tipo de fotografía que hacemos. Añado a esa sentencia una variable más: fotografiamos como creemos que debemos fotografiar. Es decir, hay resultados o métodos que nos parecen bien y, otros, no tanto.
Hay pocos ejemplos que se me vengan ahora, así de pronto, a la mente, pero un tipo de fotografía que me disgusta. No haré nunca, no sólo por carácter, sino por principios, loque hace Bruce Gilden. Si tuviera que definir de alguna manera lo que hace este fotógrafo americano, que trabajo para Magnun, aunque eso no le legitima de ningún modo, diría que Bruce Gilden fotografía maleducado.

Si la palabra robado no me gusta utilizarla al hablar de fotografía, porque me parece que criminaliza nuestra actividad de manera innecesaria e injusta, tendré que hacer una excepción. Gilden sí roba. Roba dignidad. Las personas que fotografía aparecen despojadas de su dignidad, cosificadas. Si puedo elegir, y seguro que puedo, porque no me pagan por hacer fotografías, elijo no hacer las fotografías que hace Bruce. Es conocida su método, cámara en mano, en mitad de una calle, flasheando a los viandantes sin piedad. Cuando las personas posan, el resultado que obtiene es aún más agresivo, reprochable. Esto sí es un “robado” en toda regla.
No es el método. Últimamente utilizo una técnica que me permite hacer primeros planos de ese tipo, pero sin ser agresiva con el retratado. No por vergüenza o reparto, que puede que haya un poco, sino porque se perdería cierta naturalidad que quiero que primer en mis imágenes. Métodos hay muchos, todos igual de válidos, tanto para iniciados como profesionales. No se trata de eso. Cada uno recurrirá a la que le haga sentirse más cómodo con sus propósitos, su capacidad técnica o limitaciones éticas. De eso hay muchos post en internet. También hay muchas imágenes de fotógrafos de calle que me parecen mucho más interesantes. Ninguno de ellos asalta a sus presas en mitad de una gran avenida de New York.

Personalmente, la principal restricción que me impongo, porque mi carácter ya me impone las suyas, es no ser maleducado e invasivo. Es posible que una esté condicionado por la otra, mi carácter haya “manipulado” mi forma de fotografiar, y de ahí mi concepción de cómo debe ser. Es posible. En fotografía de calle, mi cámara mantiene las distancias, como el que la utiliza en lo personal. Mi fotografía trata de no ser invasiva, igual que el que la hace cuando no está fotografiando. Mi fotografía, mira, busca, interpreta lo que ve, sin molestar a los demás por ello, igual que… ya saben.

En muchas de las fotos que busco aparecer personas porque humanizan el entorno, ponen en contexto y da sentido a lo fotografiado. Si no aparecen, al menos un atisbo de ser vivo. Otras veces, no es necesario, por supuesto, centrándome en el detalle, las simetrías o juegos de luces y sombras.
El debate sobre pedir permiso o no me interesa más bien poco. Lo que busco es espontaneidad, algo fresco, donde puede incluirse el azar. Decir a una persona que vamos a fotografiarla rompería esa frescura. Dejaría de ser espontanea. No por ello estamos haciendo algo malo, hasta que las leyes digan lo contrario. El uso que hagamos de esa fotografía sí es legal o ilegal. Otra cosa es que alguien se sienta agraviado-fotografiado y pida borrar la imagen. No hay problema jefe: delete. Si quiero el retrato de una persona que me parece interesante, sí, tendré que armarme de valor y pedírselo, pero eso ya es retrato. Es otra cosa. En principio, no es lo que busco cuando salgo a la calle a hacer fotos.


Fotografiar personas no es estar robándoles el alma, cosa que parece cuando se está utilizando el término “robado”, definiendo con ello la fotografía en la que una persona aparece como motivo principal sin previo aviso. En mi caso tengo algunas imágenes en las que una persona ocupe más de un tercio del encuadre. No sé si podría salvarme de acabar entre rejas o de ser considerado un afanador de almas.
Robar es una cosa muy fea. Es una actividad en la que suelen utilizarse material que la mayoría de fotógrafos no llevamos en nuestras mochilas. Pocos llevamos antifaces, pasamontañas, bardeos, o desplegamos ademanes taciturnos para impresionar al personal. El término es muy utilizado en los blogs de fotografía más conocidos, pero ahora mismo no recuerdo habérselo escuchado a ningún fotógrafo de verdad, salvo a los encumbrados por el internet; o en los foros y comentarios a post de esos lares virtuales. Son prescindibles. Si quiero información al respecto, recurro a la ley Ley Orgánica 1/1982. O la ley de propiedad intelectual. No doy crédito a los “expertos” de ningún tipo que aparecen en el mundo online. De ningún tipo, repito, salvo que lo conozca de otras cuestiones ajenas al mundo virtual. Raro que es uno.

A pesar de todo, por las noches me pongo a recapacitar. Tengo mis dudas. Me despierto con pesadillas ¿estoy robándole algo a las personas que aparecen en mis fotografías? ¿el alma? ¿es mi disco duro una especie de colección de almas que catalogo en carpetas? ¿a partir de qué plano, si fuese así, considerará el juez que estoy robando el alma a una persona? ¿plano medio? No sé, estas dudas me asaltan por las noches, cuando me desvelo. No puedo dormir; aprovecho entonces para limpiar el sensor de mi arma, así, con nocturnidad, alevosía, y una pequeña mueca sádica en mi cara.


Otra cosa, que me estoy yendo por las ramas, y no quisiera: si hay una característica común en todos los géneros que practico de fotografía es la supresión de la idea absurda de perfección. La razón es la búsqueda de vida dentro de una imagen representada en dos dimensiones. Cuando hago fotografía quiero que lo parezca. Ahora es muy fácil, utilizando métodos fotográficos, sin tocar el PS, crear imágenes que parecen ilustraciones. Fotografías que parecen de todo menos fotografía. Eso no me interesa. Si quiero hacer ilustración no tengo reparos en recurrir al PS, pero cuando hago fotografía, sobre todo de calle, quiero que adolezca de las mismas imperfecciones o contradicciones que la propia vida. Las imágenes redondas se las dejo para los que buscan likes en 500px, 1px o lo que sea. Yo he venido aquí a fotografiar.
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