En mayor o menor grado siempre se ha intervenido y manipulado en el proceso fotográfico para llevar la imagen a nuestros gustos personales, todas las fotos de World Press Photo incluidas.
Los negativos los podíamos revelar de varias formas para cambiar la densidad y el contraste, acto seguido, en la ampliadora utilizábamos máscaras sin piedad con el fin de alterar diversas zonas de la imagen, obteniendo una copia de valores enormemente comprimidos de la realidad y si no preguntar a cualquier laborante de prestigio si existe alguna copia en la que no hayan intervenido.
Por cierto, el blanco y negro ¿es objetivo o subjetivo? ¿altera la realidad o no?
No comprendo cómo, en el pasado, los organizadores de ese concurso internacional ¿eran tan ignorantes del proceso fotográfico que no se daban cuenta?. En el fondo no ha cambiado nada, sólo la herramienta, que ha facilitado el proceso.
La manipulación en sí no puede ser objeto de juicios de valor, pues los propósitos son muy diversos. ¿Desestimamos, por ejemplo, los grandes fotomontajes de Reijlander?. Las obras de los grandes maestros hiperrealistas como Ansel Adams, o Paul Caponigro llevan decenas de máscaras en el copiado, porque sencillamente querían plasmar en sus copias lo que ellos previsualizaron en su mente y sus cámaras captaron torpemente en sus placas de vidrio. Es estéril discutir si el negativo es más real que la copia o si ésta, a su vez, se asemeja a la realidad, la intención siempre ha consistido en trasmitir sensaciones y emociones, la de los reportares gráficos también y en mi opinión, eso es lo que importa..
La realidad es enormemente relativa, dos personas en el mismo lugar y en el mismo momento, según sus experiencias y su formación visual, aprecian la escena de modo totalmente distinto, no olvidemos que no es la vista sino el cerebro el que interpreta lo que ve.
No se cuáles son las bases éticas del fotoperiodismo y quienes son los que se apropian de la competencia de establecerlas, pero creo firmemente que todos los propósitos creativos sin excepción son aceptables.
Sobre el particular recuerdo algunos trabajos profesionales realizados para notarías: me llamaba el notario para que le acompañara con una cámara Polaroid para documentar una circunstancia física. Según tomaba las fotos, él se las quedaba firmándolas encima en ese momento. Bien pues incluso de esta forma yo podría haber utilizado un gran angular y alterar las distancias relativas entre los objetos…
¿Qué puede haber fraudes ? Pues claro, y como la copa de un pino, malintencionados y con intenciones perversas o delictivas, como en la literatura, y en tantas otras cosas, los ha habido siempre y los habrá, pero eso es otra cuestión.
Saludos.