Objetivos radioactivos
No pregunten por qué, pero el otro día alguien aficionado a estas cosas atómicas llevaba encima uno de esos aparatos para medir la radioactividad. El tema es perfecto para los hipocondriacos: que si durante un trayecto en avión los niveles aumentan considerablemente, que si una vez unos tomates acabaron en la basura en lugar de la ensalada… en fin, cosas de esas que casi es mejor no saber.
Aprovechando esa gran hallazgo, un comentario que días antes había escuchado (“a ver si tras lo ocurrido en la central de Fukushima el material de las factorías fotográficas cercanas se ha contaminado”) y que estábamos en una presentación de nuevos productos de una firma nipona, el experimento estaba servido en bandeja.
En la Olympus E-P3 se indica que está “diseñada en Tokio” pero construida en China. Pero el flamante M.Zuiko 12 mm f2 es totalmente “made in Japan”. La verdad es que la fábrica de Tatsuno donde se produce queda bastante alejada, pero ya que estábamos con la tontería había que comprobarlo. Y, efectivamente, según me explicó el dueño del aparatillo en cuestión ese nivel que marca la pantalla es perfectamente normal.
De todos modos investigando un poco resulta que lo de buscar radioactividad en los objetivos no es nada nuevo ni una especie de leyenda. Circula por ahí una lista bastante extensa de ópticas fabricadas entre 1940 y 1970 y en cuya construcción se utilizaron materiales que por su propia naturaleza contienen isótopos radioactivos.
Según estas explicaciones, el principal responsable es el óxido de Torio, un elemento que se empleaba con bastante frecuencia por su estructura similar a la de la más conocida fluorita: elevado índice de refracción y baja dispersión. También se menciona el Lantano, aunque el índice de radioactividad de este material es muy inferior (1/10.000 veces) al del Torio.
En la red hay bastante información sobre el tema y los llamados objetivos radioactivos, la mayoría de Kodak, unos cuantos Takumar y también algún que otro Nikon y Canon muy antiguo.
Aunque en todos ellos el nivel de radiación es muy bajo (la décima parte de una radiografia midiendo directamente sobre el elemento contaminado, detallan algunos artículos) y no parece suponer ningún peligro real hay que reconocer que resulta curioso encontrar vídeos con mediciones que parecen sacadas de la mismísima central de Homer Simpson.
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