Abdul sueña con ser conductor de camión. Vino de Burkina-Fasso (antiguo Alto Volta) hasta Europa no se sabe por qué medios y cada día recorre las playas de Mojácar cargado con una inmensa cantidad de abalorios y vestidos intentando conseguir que los bañistas le compren algo para poder continuar su periplo. Quiere ir a Munich, donde tiene un pariente, pero antes quiere ahorrar algo de dinero para el invierno.
Abdul vende objetos, pero siempre, siempre, te regala una inmensa sonrisa cuando te saluda.