La fotografía de calle, la auténtica, establece desde sus orígenes una mínima o nula intervención por parte del fotógrafo tanto en la toma como en el laboratorio (lo que en la fotografía digital sería en la edición de las imágenes). Es por ello que por ejemplo queda fuera de la fotografía de calle el retrato posado por intervenir el autor y carecer la foto de la expontaneidad que requiere la fotografía de calle. Ojo, grandes autores que destacaron en fotografía de calle tienen en su cuerpo de obra retratos de ese tipo, lo que serían retratos urbanos que no fotografía de calle. Un ejemplo muy claro de esto lo tenemos en Vivian Maier. Respecto a la limitada intervención del fotógrafo a posteriori la norma ya también la establecieron autores en los inicios de la fotografía de calle, como Cartier Bresson, que sin tener un obra exclusiva centrada en fotografía de calle, tiene mucho documentalismo y retrato, sí está en esos puntos de partida del género, es uno de sus grandes referentes, y no empleaba recortes y reencuadres. Más aún, entregaba sus fotos a las editoriales con un sello detrás que rezaba "no recortar". De hecho solo se le conocen dos imágenes en las que recurrió a ello, aunque él mismo solo reconoció una durante una entrevista. La no reconocida, inicialmente, corresponde curiosamente a la que se considera un icono de la fotografía de calle, la famosa del hombre del charco, la cual tomó a través de unas rejas que aparecen en el negativo en un lateral de la imagen (esto finalmente si lo reconoció en un documental donde él mismo muestra como la hizo), y la reconocida de inicio la realizada a un cardenal y que tomó alzando la cámara sin encuadrar en la toma. A uno de los grandes de la fotografía española , Catalá Roca se le atribuyen reencuadres que en realidad respondían a que al trabajar en 6x6 dejaba aire en sus fotos para que las editoriales, que no respetaban los márgenes de las fotos por necesidades de espacio, si recortaban dichas fotos al menos no estropearan la composición a la que había recurrido Roca. La fotografía de calle, la auténtica, es una fotografía espontanea, única en el sentido de que es una situación que no se repite por no haber sido manipulada antes de la toma y que tampoco se manipula a posteriori, fuera de imprescindibles tratamientos en el color, contraste ...que nunca la desvirtúen como sería recortes exagerados, pasar de color a b/n porque funciona mejor aunque fuera concebida con la idea del color, la aplicación de virados, desaturados selectivos, eliminación o inclusión de elementos en el revelado o procesado y recursos por el estilo. El ejercicio de la fotografía de calle debe suponer un esfuerzo del autor de que la toma sea lo más directa posible, solo así dicho autor madurará y crecerá en su práctica.