Gracias por comentar. Es verdad, es curioso comprobar cómo uno mismo “veía” antes las fotos, y cómo ahora. He leído bastante, de hecho ahora estoy leyendo “El ojo del fotógrafo”, de M. Freeman, y creo que ahora “pienso” más cada toma, espero más para encontrar la combinación ideal de los elementos...
Sin embargo, a veces también está bien la espontaneidad. Recuerdo que esta foto tuve que hacerla rápido porque ya no nos dejaban quedarnos en ese lugar de la catedral y pronto empezaba la procesión. Seguramente es un poco “caótica” en la ordenación de los elementos, pero en realidad refleja ese desorden y la tensión del momento preparatorio, justo antes de que los cofrades formen una ordenada fila. Además, creo que la figura que sostiene el candil da cierta estabilidad y sirve de punto que fija la atención. De algún modo, al repasar mis tomas de otras semanas santas, me ha gustado esta, a pesar de que no dio tiempo a pensar mucho...