Curiosamente, nunca me había puesto a fotografiar una mariquita con una réflex. No he quedado muy contento, porque es un bicho sorprendentemente brillante y emite reflejos extraños, y la utilización de luces o focos adicionales para compensar eso no es fácil, sobre todo si quieres respetar la libertad del ser vivo.
La primera toma está hecha con mi nunca bien domesticado canon 65 macro; la segunda, con el tamron 90mm; la tercera, directamente con el iPhone.
Agradezco cualquier consejo de los que saben, esto, a pulso y con el bichito en movimiento, se me hace bastante difícil...