Una experiencia muy recomendable, que pude llevar a cabo esta Semana Santa. Aquí no hay “hides”, ni hay lugar para trípodes ni demasiados accesorios. Es simplemente un paseo en busca de pájaros, en este caso por la costa oriental asturiana, y con la ayuda de un guía experto. Puedes acercarte... hasta que el pajarillo levanta el vuelo, que es siempre. Lo único que queda es intentar pasar desapercibido, camuflarse y camuflar un poco el tele, que a pesar de ser relativamente ligero (era el tamron 150-600mm), después de una hora al cuello se hace pesadito...
De todos modos, aquí una muestra de la variedad de la zona: pardillos, gaviotas, chovas de pico rojo, e incluso un cormorán en el mar. He compuesto este collage como resumen del paseo.