Has tomado una buena expresión, Gregorio, aunque te sugiero unas cosillas:
Aunque existan o tú las coloques, no es bueno que se noten varias fuentes de luz. Esto vale para los retratos y para cualquier otra foto. El motivo es muy sencillo: nuestro cerebro está acostumbrado durante milenios sólo a una fuente: el sol y dos soles le parece extraño. Por eso es bueno intentar disimularlo con rellenos, reflejos o con fuentes secundarias difusas, que nunca se impongan a la luz principal ni produzcan sombras en dirección contraria.
Tu luz principal es muy dura, muy direccional. Los retratos, y más aún de chicas, deben hacerse con una luz más difusa, más envolvente, para evitar esas sombras tan marcadas. Si no pudieras hacerlo, al menos procura que la sombra de la nariz acompañe a la comisura superior derecha del mentón con el labio. Eso se consigue subiendo la luz a unos 45 grados con respecto al eje de la cara y esa sombra al coincidir con ese pliegue queda muy disimulada. Si no se tratara de un retrato con luces tuyas sino las que existan, procura que ella se sitúe de tal manera que quede así.
Por último ¡ojo con los fondos!, fíjate que sólo un ligero movimiento de cámara hacia tu izquierda hubiera evitado el cuadro oscuro de la pared.
...Son muchas cosas, ya lo sé

, pero los retratos son así de jodidos, normalmente se optimizan todas las variables (luces, fondos, foco, posición, etc.) para quedarte sólo con el reto de pillar una buena expresión. El gesto que resulta después de unas risas y un momento antes de dejar la sonrisa, es mágico. Aguanta esos instantes verás cómo funciona (un ejemplo perfecto es el estilo de tu foto).
Bueno, no te tomes estas cosas como dogmas, ni mucho menos, pero pueden ser un buen punto de arranque y experimentación que siempre debería ser personal e intransferible. ¡Ánimo, amigo, me gusta que te plantees otros retos a tu habitual especialidad, seguro que dentro de muy poco las clavas!