Diálogos con la cámara II - El color correcto

Por José María Moreno Santiago > Domingo, 30 Agosto 2015


Hola, amigos:

Al hilo de LA EXPOSICIÓN CORRECTA de hace un año, y siguiendo su hebra, vamos con este otro interesante aspecto de la fotografía, a descubrir una parte de sus entresijos, los que nos pueden afectar en nuestra visualización, en el uso de la cámara, en la edición y en las publicaciones, ya sean impresas o electrónicas. Es un asunto un poco complejo, pero lo intentaré exponer a nivel muy básico y sencillo.

Conociendo sus fundamentos, tiempo tendremos después de ir al detalle de nuestros problemas concretos y nos resultará muy fácil resolverlos.

Aunque a primera vista no lo parezca, la exposición y el color van muy ligados tanto en los resultados obtenidos como, sobre todo, en nuestra percepción. Se trata de un complemento esencial, que es preciso conocer al menos en sus aspectos elementales, en sus orígenes físicos, entenderemos mejor porqué vemos las cosas como las vemos y cómo podemos intervenir para llevar las aguas a nuestro molino y dejarlas limpias. ...O sucias, si es ese nuestro deseo :)

Como en el hilo del año pasado, haremos 5 entradas, con 2 días de por medio, para las consultas y cuantas intervenciones queramos añadir.

Está pensado para los que empiezan, pero soy el primer interesado en aprender, así que, me gustaría, sobre todo, que fuera participativo, también para los que saben. Por favor, ¡No os cortéis! saquemos nuestras peleas con las fotos, nuestros problemas, nuestras dudas con el color..., y ¡Que salga ese talento escondido de la AFT! Hay a raudales.



1ª ENTRADA No es oro todo lo que reluce.

 


- ¡Oye, Prontor! Y digo yo, ¿por qué un limón es amarillo?

- No es amarillo, Jacometti, es de todos los colores menos del amarillo, ese color no lo acepta, no lo quiere, y su cáscara lo rechaza, lo refleja como un espejo, por eso lo vemos amarillo.

- ¡Joer, ...no sé pa qué te pregunta ná! ... :evil: ¿y qué hace con los que se queda?

- Se queda con parte de las radiaciones de la luz que recibe y que le interesan, para transformarlas en calor, para madurar entre otras cosas. Conforme va creciendo se queda con algunas y rechaza otras diferentes, y al madurar va cambiando su color del verde al amarillo, para él es muy importante, ¡es su vida!

- ¿Y para nosotros también?

- Pues sí, claro, la vida humana no sería igual si no existiera la luz, probablemente no existiríamos. La luz es energía y es radiación, es un cuerpo y no lo es ¡al mismo tiempo!

- ¡Tío! ¡Es muy difícil entender eso! :pinch:

- ¡Ya lo creo!, pero ¡no te preocupes!, los mejores científicos llevan muchos años con el tema, tampoco lo entienden, y ni se ponen de acuerdo en lo que realmente es, quizá algún día nos lo expliquen y hasta a lo mejor llegamos a entenderlo. Pero saben muchas cosas de lo que pasa con la luz, en eso sí están de acuerdo.

- Bueno, por lo menos ya sabemos que un limón aprovecha todos los colores reales menos el amarillo.

- Pues tampoco :) para ser exactos el color amarillo realmente no existe, y para seguir siendo exactos, ¡ni siquiera los colores existen!.

- ¡Joer! ...mejor me callo. :angry:

- ¡No hombre! :) te digo eso para que comprendas que el color no es algo físico real, sólo es una sensación de nuestro cerebro, una impresión que generan nuestras neuronas cuando reciben las señales de nuestros ojos, que cada uno de nosotros la fabrica a su manera, por eso nos parece que nunca es igual, ni entre las especies animales, ni entre las diferentes personas, ni incluso entre nosotros mismos, pues depende de muchas cosas: de la hora del día, de la humedad, de la estación, de la edad ... hasta de nuestro estado de ánimo, todo influye. El color, como lo percibimos, es totalmente "relativo" y un poco diferente para cada uno.

- Mmmmhhhh, entonces... me da que tu tutorial se ha acabado ¿cómo nos manejamos con esto?.

- ¿Te acuerdas de cuando hablamos de la exposición? ¿De cómo nuestra vista se acomoda rápidamente y nos puede engañar cuando analizamos una escena?

- Sí, sí, me acuerdo perfectamente, ya lo he experimentado.

- Pues pasa lo mismo, nuestro cerebro arregla los colores sin filtros y sin photoshop y los deja naturales a la velocidad del rayo, así que tendremos que hacer un esfuerzo parecido al de la exposición y utilizar artimañas y cosas que puedan ser medidas, y que no dependan de cómo las veamos, analizando las propiedades de la luz y sus cualidades, pero como realmente son, para intentar que nuestros colores de las fotos se parezcan lo más posible a la realidad tal y como la percibimos o a lo que queramos conseguir. ¡Nuestras cámaras no son tan buenas como nuestro cerebro! ni lo serán durante mucho tiempo.

- ¡Venga!,¡ tira, que ya me has convencido del trueno que me vas a soltar!

-¡Que va, Jacometti, es muy sencillo!.

 

 

2ª ENTRADA: Nuestra paleta de colores.


Verás, Jacomettí: hace muchos años existió un gran hombre, el padre de la física, se llamaba Isaac Newton.

- ¿El que se preguntaba por qué una manzana madura se caía al suelo y no hacia otro sitio?

- Sí, sí, ese. Era, como los fotógrafos, un hombre muy observador, que se preguntaba todo y que no daba nada por supuesto. Había visto cómo la luz pasaba por pequeños orificios de las ventanas y entraba en las habitaciones oscuras provocando descomposiciones de colores muy curiosas, y se le ocurrió hacer pasar esa luz por un pequeño cristal, y para que los rayos se desviasen más, se construyó este cristal como un triángulo, en forma de prisma y entonces vio que la luz blanca se descomponía en colores: rojo, naranja, amarillo, verde, azul y violeta; pero con muchos otros intermedios más sutiles. Este proceso de desviación de los rayos al entrar en un cuerpo transparente se llama refracción, que no es nada más que eso: la desviación de esos rayos.
También se dio cuenta que los cuerpos absorbían algunos y rechazaban otros, como en el caso de nuestro limón, pero antes de llegar a ellos, la luz tenía todos esos tonos.


- Pero ¡oye! ¡el tamaño de esos rayos de colores es mucho más grande! ¿por qué pasa eso?

- Pues porque cada color tiene una longitud de onda diferente y va a "su bola". Ya dijimos que la luz es una radiación que se manifiesta por ondas, de forma similar a cuando tiramos una piedra al río. Cada color tiene ondas diferentes, de distinto tamaño.


- ¿Sabes que te digo? pues que no sé si todas estas teorías tienen que ver con nuestras fotos, en las cámaras ¡no podemos manejar las ondas de los colores!.

- Je, je, pues tienen mucho que ver, Jacometti. ¿Te has fijado en que algunas veces aparecen en nuestras fotos unas líneas rojas o verdes en los bordes de los contraluces o de los tejados? ¿Te has fijado que el azul del cielo se vuelve un poco verde en el horizonte?

- Sí, ...pero yo pensaba que es que mi cámara es una castaña.


- Pues no. Con los objetivos buenos se nota menos pero pasa en todas, la de la derecha está tomada con un equipo profesional, y a pesar de eso, apreciarás feas líneas verdes y rojas encima de la persiana y en el alero del tejado. El motivo es muy simple: cada color, al tener una longitud de onda diferente, enfoca en el sensor un poquito antes o un poquito después y vemos esas cosas raras. Para evitar ese defecto, que se llama aberración cromática, en la fábrica revisten nuestras lentes con varias capas de compuestos especiales que desvían (refractan) los rayos de luz pero al revés, por cada selección de color, y corrigen esa desviación para que todos los colores vayan al mismo sitio. Pero hacer eso es caro y muchos fabricantes no lo hacen del todo bien. Los buenos, además, corrigen muchas más cosas al mismo tiempo.

- Ya me explico yo los altísimos precios de los objetivos Zeiss y los Leica.

- Tranquilo, hay muchas cosas que podemos hacer para arreglarlo, sin gastarnos las millonadas que cuestan esas lentes, pero para poder hacerlas bien primero debemos saber qué pasa con los colores y formarnos un criterio propio para poder alterarlos según nuestros gustos personales. Además hay otros problemas más gordos que no se derivan de los objetivos sino de los sensores.

- ¡Tira, que me está empezando a gustar!

Los colores primarios y complementarios


- Todos los colores del prisma de Newton los podemos simplificar en tres: el Rojo, el Verde y el Azul, en el maldito inglés: Red, Green y Blue (RGB) con los cuales podemos formar todos los demás: millones de colores diferentes, sólo bajando uno o subiendo otros. Estos son los colores primarios y su mezcla se llama "síntesis aditiva" o proceso aditivo. Si mezclamos los tres tenemos la luz blanca.

- Claro, como en el blanco y negro, es lo mismo subir el blanco que bajar el negro

- Sí, pero aquí es un poco más difícil: lo tenemos a tres bandas en lugar de a dos. Con tres linternas y tres pequeños filtros de colores puedes hacer el experimento y jugar proyectando estos colores sobre una pared en una habitación oscura. Necesitas tres filtros, rojo, verde y azul cromáticamente puros pero si no tienes esos, con otros cualquiera te puedes hacer una idea. Si los alejas o acercas a la pared verás cómo las mezclas cambian de tonos.

- ¡Interesante! pero ¡oye Prontor! ¡ahora que caigo! pa mí que has metido la pata: si yo mezclo pintura roja, verde y azul a partes iguales ¡no me da pintura blanca ni en broma! ¡me da un color parduzco asquerosillo!

- ¡Pues claro! volvemos al limón a ver si lo pillas: ¡no "era" amarillo!, te lo dije bien claro, se quedaba con todos los colores y rechazaba el amarillo. Si mezclas pinturas estás mezclando los componentes de los cuerpos que ya han absorbido la luz y reflejan los que no quieren, eso es lo que se llama el "color pigmento" que es muy útil a los artistas del pincel, pero los fotógrafos usamos sólo la luz pura, venga reflejada o venga de donde venga, los fotógrafos utilizamos el "color luz", sólo las radiaciones de la luz, y al mezclar o filtrar sus componentes seguimos obteniendo "color luz". Así que deja tranquilos a los pintores con sus óleos, acuarelas y demás potingues y volvamos a nuestra herramienta, la que los fotógrafos manejamos: la luz.

- ¡No! ¡si creo que lo pillo!, sólo que pensaba en que cuando imprimimos vamos a tener que usar tintas y pigmentos y a lo mejor tenemos que volver a lo de los pintores.

- Pues que no. También eso está inventado, ya llegaremos más adelante. Insisto: nosotros a la luz, sólo a la luz. Además: ¡tío!, ¡no me entretengas, que se me va el hilo!

Te comentaba que con los colores primarios se pueden formar todos los demás, pero al ser tres, ¡tenemos un problema! el contrario del blanco es el negro, pero ¿cuál es el contrario del rojo, del verde y del azul?

- ¿El gris?

- ¡Tío! ¡no te enteras de ná! El contrario de cada uno de esos tres colores es, evidentemente, los otros dos mezclados que son: el cian, el magenta y el amarillo, en el maldito inglés: Cyan, Magenta y Yelow (CMY) El cian (mezcla del verde y del azul), el magenta (mezcla del rojo y del azul) y el amarillo (mezcla del verde y del rojo). Cada uno de estos, lógicamente, absorbe el color contrario, pero esto lo veremos después. Estos son los colores complementarios y su mezcla se llama "síntesis sustractiva" o proceso sustractivo.


- ¡Un poco complicado!

- Al principio sí, lo comprendo, pero así lo verás siempre. Esta es nuestra paleta de colores con la que vamos a pintar, es mágica, no ocupa sitio, ni mancha como la de los pintores. Con ella podremos hacer miles de degradados, millones de tonos tan fuertes o tan sutiles y delicados como queramos.
Ahora, con las digitales, habrás visto en los programas esos canales en una ventanita y se pueden manejar como quieras, en mis tiempos analógicos era todavía más difícil de entender, ¡no existían esas cosas!. Si te fijas bien es exactamente lo mismo usar los colores primarios o los complementarios, igual que nos pasa con el blanco y con el negro, como muy bien apuntabas antes.
Lo hacen así porque según la tecnología que utilizan, les viene bien usar un sistema u otro: el proceso aditivo con los primarios (añaden color) o el sustractivo con los complementarios (lo quitan).


Vamos a ver un ejemplo de estas cosas con un detalle de la torre de la Catedral de Toledo ampliado muchas veces:

(Para ver más grande pinchar AQUÍ

- !Qué curioso! o sea, que todos esos puntitos ¡forman la imagen en color como si no los viéramos!.

- ¡Claro!, si tienes una lupa a mano, observa con ella una foto cualquiera de una revista o la propia televisión de tu casa, verás como es así. Es una pequeña trampa, se aprovechan de que nuestra vista está limitada para ver los detalles muy pequeños y nos parece que los colores son uniformes cuando, en realidad, están formados por puntitos muy pequeños y muy próximos pero, en algunos casos, de muy pocos colores, en las imprentas lo hacen sólo con 3 ó 4 y los tonos los logran juntándolos o separándolos. El cine también es una trampa, sólo son fotos, una detrás de otra que pasan muy deprisa; en nuestros monitores y en la televisión también hacen trampas: un punto de luz va iluminando las líneas de pequeñas celditas de izquierda a derecha y desde arriba hacia abajo y cuando termina la pantalla empieza otra vez, pero lo hace tan rápido, tan rápido, que ni lo vemos.

- !Qué cosas! O sea ¿que es así como funciona la televisión?

- Pues es más complejo, pero el principio es básicamente ese, la imagen codificada por ondas se restituye a cada una de las miles de pequeñas celditas de nuestra tele, con la misma información que la cámara del estudio ha captado en su pequeño sensor y Telecinco nos la envía por el aire a una frecuencia determinada. Pero espera y verás cómo se aprovechan de nuestras limitaciones... 

 

3ª ENTRADA: El campo de juego


Vamos a ver ahora otro concepto interesante: los espacios de color

- ¡Espera hombre! ¡que no me da tiempo a asimilar tantas cosas!

- Pues, ¡todavía quedan 3 ó 4!, ya te dije que el color es un poco complejo, te irás encontrando todo esto en la cámara, en el potochó, en las impresoras, lo irás pillando poco a poco, conforme te haga falta para tus fotos, así que no te preocupes si no lo coges a la primera. En el cine, en las tramas de las películas, también es así, hasta el final no lo ves claro, así que ¡ten un poco de paciencia!

Los espacios de color

- Verás, amigo, sé que eres todo un deportista, que te gustan los juegos, y que controlas muy bien la sincronización de los movimientos con el balón. Pero si quieres participar en un partido de un deporte determinado, necesitas aceptar unas normas y jugar en un campo que está delimitado por unas líneas de las que no te puedes salir y si te sales, el juego se para. Es obvio que si quieres competir, jugar contra otro equipo y que el resultado valga, tienes que aceptar esas normas que han establecido. Y en cada deporte son diferentes, con campos diferentes. No se puede jugar al futbol en un campo de voleibol.

Bueno ...mmmhhh, ¡sí que se puede!, pero a lo mejor el árbitro pone alguna pega; esto para mí es un lío tremendo …pero sé que tú lo entiendes perfectamente.

Hemos visto nuestra paleta de colores que es nuestra herramienta –como lo sería el balón, las botas, la raqueta o el equipamiento en el partido- con la que vamos a arreglar o modificar los tonos de nuestras fotos. Pero esto lo tendremos que hacer dentro de unos parámetros determinados, dentro de un campo de juego establecido para que nos podamos entender, para que todos los del equipo juguemos a lo mismo. ...Esto, en el deporte, por lo visto es así :)

Así que, Jacometti: así, en general, ¿qué crees tú que es un espacio de color, "nuestro" espacio de color?

- Pues n.p.i. ... mmmhhh, bueno, a ver: ¿todos los colores que somos capaces de ver?

- ¡Bingo! ¡premio para el caballero! El espacio de color para nosotros, los humanos, es precisamente eso. En realidad es una pequeñísima parte de las radiaciones que existen y que llamamos "espectro visible" o sea simple y llanamente "la luz", el tamaño de sus ondas está comprendido entre los 400 y 700 nanómetros (un nanómetro es un cacho muy pequeñito: la millonésima parte de un metro)


Hay personas que ven un poquito más, y algunos animales son capaces de ver los utravioletas y los infrarrojos que están fuera de ese margen.

- Y ¿esas otras radiaciones, para qué sirven?

- Pues para los astrónomos, para que podamos oír la radio, para ver la televisión, para que los radares nos pongan multas en la carretera, para que el canal plus nos codifique los partidos del Madrid, ...para muchas cosas.

- ¿Y para los fotógrafos?

- Pues también. Hay películas, filtros y luces especiales que nos hacen visibles otras radiaciones que de forma natural no lo son, con resultados muy curiosos y los colores alterados.

Esta es una foto sin retocar nada, hecha de día, a pleno sol con película infrarroja sensible a esas radiaciones:


Y aquí tienes una hecha con luz utravioleta, que se emplea también para restauración de cuadros y poder ver los repintados ocultos:


- Prontor, ¡no es tan difícil! lo entiendo perfectamente

- Me alegro. Como te decía antes, para manejarse con estas cosas y darnos unas formas de trabajo común, han establecido por convenio unos campos de juego, o sea unos espacios de color estándar perfectamente delimitados, hay bastantes y diferentes entre sí, unos con más colores que otros, más grandes o más pequeños:

sRGB (lo verás como: sRGB IEC61966-2.1)
Adobe RGB (lo verás como: Adobe RGB 1998)
ProPhoto RGB
ColorMatch RGB
...

Y muchos otros, que se agrupan en diferentes familias, que se llaman "modos" como los dos que hemos visto: el RGB y el CMYK, y algunos modos más: el ColorLab basado en la luminosidad, la Escala de Grises para el blanco y negro, el Color Indexado y otros. Los modos son como los tipos de los deportes: hay deportes "del motor", "de la nieve", "de atletismo", etc. y dentro de cada una de esas "familias" hay, a su vez, varios deportes concretos. Con el color pasa lo mismo.

Estos son nuestros espacios de color, nuestros campos de juego a los que nos tenemos que adaptar según el destino final de nuestras fotos que podría ser: irse a la tienda a encargar copias, publicar en internet, mandarlas a una imprenta, hacer blanco y negro, diseñar carteles, etc.

- ¿Y cómo nos adaptamos a eso?

- Pues como el del chiste, hay dos formas una mala y otra buena. La mala: con nuestro programa simplemente hacemos edición>convertir y elegimos el espacio de color que queramos. La buena: pues debemos hacer lo mismo pero antes debemos tener nuestro monitor con el color calibrado. Ya sabes que los monitores se suelen desajustar: no sólo porque venga nuestra sobrinita y se líe a jugar con las ruedecitas de debajo de la pantalla, sino por el tiempo transcurrido, por la temperatura…nuestras pantallas tienen luces y las luces con el tiempo se desgastan un poco, se desajustan, y pueden cambiar de color. Esta calibración habría que hacerla al menos una vez cada pocos meses. En la AFT hay un calibrador común muy útil. Todos los que lo han hecho habrán observado que al final se genera un archivo de control que se autoinstala en el lugar adecuado y que es nuestro perfil de color para el monitor que tenemos.

Hay muchos más "perfiles", no sólo para el monitor, sino para la impresora, para cada tipo y marca del papel, para los proyectores de video, para las cámaras y para otras cosas.

¡Ojo Jacometti! No te líes con esto del perfil, ¡no es otro concepto del color!, sólo es una calibración, un ajuste estándar, como lo sería poner a punto el velocímetro del coche, o nuestros relojes en hora, es sólo eso. De esta forma logramos entrar al trabajo más o menos al mismo tiempo, que nos pongan las multas por exceso de velocidad de forma correcta y que nuestras fotos se vean aproximadamente igual en unas pantallas y en otras.

Cada aplicación (las cámaras, los programas, internet, las imprentas...) utiliza el espacio de color que les viene bien. Vamos a ver sólo tres, los más habituales y en un sólo modo, el RGB: sRGB, adobeRGB, y ProPhotoRGB:


- Si te fijas, cada uno comprende los colores que están dentro de su triángulo.

- Por lo que veo, supongo que Internet habrá cogido el más grande, el mejor ¿no?

- ¡Pues no! ha cogido el peor, el sRGB es el más pequeño y el que menos colores tiene. Por lo visto dicen que así la información corre más deprisa por la red, aunque yo creo que piensan que, como la mayoría de gente no tiene los monitores calibrados y, además, les da igual, pues no se quieren molestar demasiado.

- Y ¿qué pasa si cuelgo las fotos grabadas en otro espacio que no sea sRGB?

- Pues que los colores te quedarán mal, sin saturación, parduzcos y feos.

- Bueno pero al menos los laboratorios de las tiendas que nos amplían las fotos, sí que habrán cogido el espacio mejor ¿no?

- Pues ¡tampoco!, también han cogido el sRGB, el peor. No quieren complicarse, piensan que nos da igual y para los cuatro gatos que exigimos, pues ¡que nos den!. ¡Fíjate qué faena!: resulta que te vuelves majara para pillar una gran gama de tonos, para hacerlos naturales, y luego, al convertir a sRGB, ¡el programa se cepilla más de la mitad!. En una foto de un cumple importa poco, pero en esa que tú tienes de las nieblas ¡ya lo creo que se nota y mucho!

- Entonces ¿cómo nos apañamos si queremos hacer una copia perfecta?

- Pues lo tienes ¡_odido! o vas a un laboratorio profesional donde te sacarán la pasta o te la imprimes tú. No hay otra. Algunos sitios pensarán que hablas en chino y en algún otro te aparecerán los listillos -si es que saben de lo que hablas- y que te venden rápidamente la moto:
¿Quién te ha dicho esa tontería?
¿Para qué quieres que lo haga en Adobe RGB o en ProPhotoRGB si el papel no es capaz de pillar esa gama?.

Y eso es verdad, el papel no es capaz de pillar esa gama, pero no existe mayor mentira que una verdad a medias. Es como si vas a un restaurante, pides un buen pescado y te lo ponen congelado, protestas y te dicen que ¡para qué te van a dar pescado fresco si te lo vas a comer en salsa!
A mí es que duelen las tripas cada vez que me pasa eso, porque es que, además, es posible hacerlo bien. Antes de cepillarse los tonos, es perfectamente posible comprimirlos y ajustar todos esos tonos que faltan, para adaptarlos a las posibilidades reales del papel, aunque sean pequeñas. El pescado fresco, aunque sea en salsa, está infinitamente más bueno, ¡joer!

- Ya. :evil: :evil: Y nuestras cámaras ¿qué espacios de color pillan?

- Pues las compactas sencillas trabajan en el sRGB, y en general, las otras y casi todas nuestras réflex en dos: en sRGB y en Adobe RGB. Las buenas y las profesionales llegan más lejos, pues captan imágenes con una profundidad de color mayor. Ya llegaremos a eso, que no te quiero poner nervioso. Sólo que sepas que todos esos espacios tienen aplicaciones diferentes y que se pueden convertir entre sí.

- Entonces, si hago fotos con una cámara en sRGB, luego en photoshop ¿no puedo elegir un espacio de color bueno?

- Si puedes, pero no te vale de nada, pues tu foto original ya está muy cortita de color y ya sabes: de donde no hay, no se puede sacar. Tienes que elegir siempre el mejor espacio de color que te de tu cámara, que para bajar, ¡tiempo tendremos!. En general elige el Adobe RGB, lo tienen casi todas y es un espacio de color bastante aceptable. Ten en cuenta que, a pesar de que tu intención sea publicar en internet o hacer copias en la tienda, siempre será mejor tener tu original con más colores y con más tonos, pues en la edición se degrada, por muy poco que la toques.


Bueno, querido lector, si has tenido la paciencia de llegar hasta aquí y entiendes todo, tienes recorrido más de la mitad del camino y estás perfectamente preparado para las aplicaciones prácticas. Resolver los problemas que te surjan te obligarán una y otra vez a pensar en la luz, en la descomposición de los colores que hemos visto, en los espacios de color, tenlo muy en cuenta, pues casi todo depende de eso.

 

4ª ENTRADA: El color en la cámara


Contra lo que se pudiera pensar, en realidad, la forma en que nuestros sensores captan los colores no ha variado gran cosa respecto a las películas. Los negativos en color tenían varias capas de haluros de plata sensibles a la luz y cada una de ellas estaba coloreada con pigmentos (los correspondientes a CMY, los colores complementarios) que, en el revelado, se disolvían en mayor o menor grado, según habían sido sensibilizadas más o menos por la luz en cada uno de esos colores. Después, al pasar la luz por el negativo, se obtenía la inversa: la copia en papel (positivo RGB).

Los sensores lo hacen de forma parecida, sus píxeles son pequeñísimas celditas sensibles a la intensidad de la luz, que les llega en forma de fotones. Esas celditas transfieren esas intensidades a un sistema binario que lo transforma, a su vez, en datos digitales de imagen (raster) , pero sólo en blanco y negro.
Para formar los colores, cada una de esas celditas, está recubierta por unos filtros de color diminutos (los RGB primarios) y luego el sistema los interpreta asignándoles a cada una su color y su intensidad. Esos pequeñísimos filtros hacen lo mismo que los pigmentos de los negativos o de las diapositivas. Pero como en los sensores todo funciona de forma electrónica, el proceso es rapidísimo, casi instantáneo.


- Oye Prontor, entonces, en realidad, nuestros millones de pixeles de nuestras cámaras y que conforman la resolución de nuestras fotos, no son los que nos dicen que hay, sino que habrá que dividirlos por tres, los de esos colores. ¿no?

- Pues sí, los otros intermedios hasta el total teórico, se los inventa: Si tenemos un pixel rojo y al lado otro blanco, en medio pues pone uno rosa, ¡aunque no exista!. ¡Otra trampa! Además el reparto de esos filtros RGB no es por un tercio cada uno, ni mucho menos.

- ¿Y eso?

- Jacometti, eso tiene mucho que ver con nuestra percepción, de la que hemos hablado, y la explicación es alucinante: durante miles de años la especie humana ha estado en contacto con la naturaleza, ha vivido casi siempre en el campo, y el color azul del cielo ha ocupado una gran parte de la visión, más de la mitad. Por eso el cerebro se ha ido defendiendo de esa dominante azul tan fuerte y nos hemos vuelto muy poco sensibles a ese color. Por lo cual la distribución de esos filtros de los sensores se debe acomodar a nuestra percepción natural, aunque teóricamente sea más falsa que Judas.

La temperatura de color

Ya hemos visto algunas cosas con las que podemos intervenir con la cámara, como es elegir el espacio de color o, mediante filtros, hacer fotos en infrarrojos, o con luces especiales, en ultravioleta.

Pero hay más. Seguro que te has fijado en que por la mañana, en la nieve o en la montaña, (en las sombras se nota muy bien) tenemos una luz más "fría" mas azul y, en cambio por la tarde, cuando el sol empieza a bajar, la luz es más "cálida" más amarilla.
Así que vamos a ver dos temas muy interesantes relacionados con esto: los filtros y el ajuste de blancos. Ambos dependen de una cosa que se llama "temperatura de color" y que mide lo que acabamos de comentar: la fuerza (dominante) que un color tiene respecto a los demás. Esto se podría haber medido en patatas, pero se mide en "Kelvins", que mola más:



La luz de día, digamos perfecta, neutra, sin alteraciones, se sitúa en 5.500 Kelvin que es a la que están regulados todos los flashes. Unos ejemplos de otras serían:

1700 K: Luz de una cerilla
1850 K: Luz de vela
2800 K: Luz de una bombilla de tungsteno
3200 K: tungsteno (iluminación profesional)
5500 K: Luz de día, flash
5770 K: Luz del sol pura
9300 K: Pantalla de televisión
28000 - 30000 K: Relámpago


Al principio hablamos de cómo nuestra vista se "acomoda" rápidamente a los colores y nos los muestra naturales, pero en realidad y salvo en contadas ocasiones, no son así, tienden hacia el azul en exteriores o hacia el rojo en interiores. Donde más se nota es en las fotos nocturnas, pues los sensores están pensados y calibrados para la luz del día y por la noche, la diferencia de la temperatura de color es enorme, y para remate de feria, las calles y los paseos los iluminan con luces cuyo color es feo de narices, y muy diferente entre sí.

- ¿Y cómo arreglo eso?

- Pues se puede hacer en edición pero lo mejor es corregir todo lo que puedas con la cámara, porque a estas alturas ya sabes que todo lo que hagamos en edición degrada nuestras fotos, las estropea.

- Prontor, ¡otra vez! ...¡qué manía! y ¡qué pesadito estás con eso de la degradación de nuestras fotos!

- A ver, Jacometti, cavila un poco: ¿de qué te vale dejarte un pastón en la cámara, en los objetivos y en el equipo para lograr una buena calidad, si luego te la cepillas por no trabajar bien?

- Vale, vale.

- Bueno seguimos. Para arreglar eso del color de las luces, la mayoría de las digitales tienen, al menos un sistema de balance de blancos automático, en el maldito inglés: Auto White Balance (AWB) que ajusta de forma automática la temperatura de color a 5500 Kelvin, este ajuste es el que, por defecto, traen incorporado los sensores.

- Pues entonces ¡ya está! con eso es suficiente.

- Pues en general sí, Jacometti, eso te puede valer, pero como pienso que tú eres de los que quieren trabajar bien, hay sistemas mejores que, además, te pueden solucionar algunos problemas que habrás tenido en esas fotos nocturnas con diferentes clases de luz mezcladas. Posiblemente tu cámara, además del AWB tendrá otros ajustes para nublado, tungsteno, fluorescentes y otros:


Si lo tienes así, es mejor elegir el que corresponda a la luz que predomine en tu foto e incluso hay algo mejor aún: quizás tengas otro para "personalizar" tu balance de blancos con la luz exacta que tengas (lo llaman "custom" o "personalizado"); sigue las instrucciones de tu manual, aunque en general tendrás que enfocar a algo blanco, que esté iluminado con esa luz rara, y pulsar un botón de calibración o algo por el estilo. No se tarda nada, ni un minuto, y después te alegrarás mucho de haberlo hecho. Acuérdate luego de volver a dejarlo como estaba.

- Espera, Prontor, que voy a ver... ¡anda, pues sí que lo tengo! llevo dos años con la cámara y ¡ni lo había visto! y además ese bueno que dices, el "personalizado"

- ¡Pa matarte, :angry: ...es pa matarte!

- ¡Qué bien! ¿Y si no tuviera esos ajustes?

- Pues hay varios sistemas de hacerlo, con un artilugio muy sencillo que se llama ExpoDisc, con una simple cartulina gris (18%) o sistemas mucho más sofisticados y caros usando cartas o parches de color y dispositivos especiales parecidos a los termocolorímetros con sus programas correspondientes.

- ¡Joer! ¿tanta historia para eso?

- Pues sí, amigo, seguramente no lo vas a necesitar, pero que sepas que hay trabajos como la reproducción de obras de arte, o los colores corporativos de grandes empresas, que son extremadamente delicados y en los que no te permiten, bajo contrato, ni la más mínima desviación de color. También se cobran muy bien, todo hay que decirlo, así que si decides dedicarte a esto, y un día los necesitas, será muy buena señal. :cheer:

Los filtros

Ya vimos al principio que cada color absorbía el color contrario y lógicamente, deja pasar el propio. Los que han hecho fotos analógicas con negativos en blanco y negro se acordarán de cómo un filtro amarillo oscurecía el azul del cielo e intensificaba de esta forma las nubes. El azul -que es el contrario del amarillo- era absorbido y, por tanto quedaba sin impresionar: muy oscuro. Con fines parecidos se usaban los rojos para dramatizar los cielos, los verdes para intensificar las plantas, los ámbar en color –llamados “calientaplatos”- para dar calidez a las diapos, el inútil ultravioleta, el skyligth, y un largo etcétera que los fabricantes nos calificaban sin cesar de “indispensables”.

Ahora con las digitales, y debido a la enorme capacidad de edición, no tienen mucho sentido, si acaso el filtro polarizador, o algunos especiales como los de densidad neutra, los infrarrojos y algunos pocos más. Pero eso sí, los fabricantes siguen calificando sin cesar de "indispensables" los plugins y los preset. En eso hemos cambiado poco. :pinch:

- Pues me han dicho que el ultravioleta es muy bueno para llevarlo siempre puesto y proteger el objetivo.

- Sí, claro, y la funda y la tapa del objetivo también, si la llevas siempre puesta no se te raya, lo malo es que con ella puesta las fotos te van a quedar un poco oscuras :) ... los filtros, con su espesor y sus dos caras, siempre provocan alteraciones en la imagen al refractar los rayos. Cuando queremos algo especial nos compensa, pero si no es así, ¿quieres degradar la imagen en la propia cámara? ¿volvemos a eso?

- No, ¡por favor! //rezo//

 

5ª y ÚLTIMA ENTRADA: La edición, la salida.


El color en la edición

Bueno, pues ya tenemos nuestros raw dispuestos para ser revelados en nuestro programa favorito.

- Pues a mí me ha dicho un amigo que el raw es un rollo, que es mejor el jpeg

- Pues sigue tomando cañas con tu amigo, pero para cosas de la fotografía ¡cambia de amigo! el raw es el formato virgen del sensor, que tiene toda la información disponible para ti, como tú quieras. El jpeg es una interpretación estándar que hace tu cámara y que ya tiene muy pocas posibilidades de intervención.

Bueno, pues eso, que descargamos nuestro raw en el PC y lo revelamos. Aquí tendrás también la posibilidad de alterar la temperatura de color mediante un cursor o de forma automática. Cuando hayas ajustado todos los parámetros del revelado, los programas también de permiten pasarlo al espacio de color que quieras, debes elegir el mejor del que sea capaz tu cámara, pero esto ya lo sabes. Si tienes dudas escoge Adobe RGB que va bastante bien.

Además es muy conveniente que la reveles a una profundidad de color de 16 bits, que es un valor muy bueno para editar.

- Y eso de la profundidad de color ¿qué es lo que es?

- Pues es la cantidad de bits de información necesarios para representar el color de un pixel, y la suma de todos ellos nos dará el "peso" , el "tamaño informático" de nuestra foto (los megas que tiene)

Ya sabes que un bit tiene dos posibles valores: el 0 y el 1
si usamos uno sólo tendríamos 21= 2 colores, el blanco y el negro solos
si usamos 2 tendríamos 22 = 4 tonos
si usamos 4 tendríamos 24=16 tonos
y si usamos 8 tendríamos 28 =256 tonos

Eso para cada color (en edición se llaman canales), pero como hay tres colores, las combinaciones posibles serían 2 8x3 = 224
El color que podemos apreciar los humanos anda por ahí, por los 24 bits (8 por canal), o sea 224 = 16.777.216 colores distintos. Comprenderás que cuanta más información tengan tus fotos siempre será mejor. Y eso es así aunque, ni por asomo, nuestro monitor sea capaz de mostrarnos eso ni nuestras impresoras tampoco lo sean. Ni llegarán a serlo en mucho tiempo, pero nuestras fotos sí se acercan más a esa capacidad de información aunque no la podamos ver.


Como hemos visto los 8 bits de profundidad, por color, sería todo lo que podemos ver, pero para editar nuestras fotos es mejor escoger el doble: 16 bits, con el fin de mantener toda la calidad posible.

También, en los programas de edición, ya sabes que existe siempre la posibilidad de configurar el ajuste de color, y debes hacerlo de forma que, por defecto, tenga la que tú quieras. En el caso que estábamos sería: Espacio de trabajo: RGB: AdobeRGB (1998), lo guardas así y siempre que uses ese espacio no te dará la paliza con avisos sobre el color.

- Una cosa importante para Internet y para las copias estándar: ¿te acuerdas cuál era el espacio de color de internet y de los laboratorios?

- Sí me acuerdo: el sRGB

- Perfecto, pues entonces lo que has de hacer es "convertirla" al espacio sRGB y también a la profundidad de 8 bits, antes de llevártela al laboratorio o colgarla en la Red ¿Ok?

Al principio en PS te puedes hacer un lío entre “asignar color” y “convertir color”. Hay ocasiones que, al abrir una foto, el programa te dice que esa foto no tiene un espacio de color asignado y te pregunta que cuál quieres que utilice. Eso te puede pasar cuando escanees una copia o un negativo, o bien cuando realices montajes con otros programas, o utilices los raws directos. En estos casos pueden ocurrir dos cosas: o bien que no lo tenga asignado de verdad, en cuyo caso simplemente le dices que “asigne” tu espacio favorito, o bien puede ocurrir que lo tenga pero que PS no sepa cuál es (suele pasar cuando escaneas) aquí lo mejor es asignarle el de tu escáner si lo conoces y si no, pues ir probando varios espacios y dejar el que te resulte más natural y que luego puedes convertirlo al que tú utilizas normalmente.

La pantalla, la calibración del color

Bueno como ya sabemos bastantes cosas, vamos ver cómo ajustamos el color de nuestras fotos en la edición, en los programas.
Si en la cámara hemos hecho las cosas bien, también sabemos ya que nuestras fotos tendrán muy poco que retocar.

Como hemos visto antes, de nada nos vale ser muy precisos en los colores si tenemos un monitor desajustado en el que cada color va a su bola, así que lo primero que debemos hacer es calibrar nuestro monitor, para que los ajustes que hagamos en nuestras fotos se "adecúen" a los espacios de color estándar sean cuales sean, mejores o peores.

- Y eso ¿se hace con un monitor bueno, verdad?

- ¡Ojo! Jacometti, tener un monitor de calidad es bueno para sólo para verlo bien, la calidad de un monitor no influye en nuestras fotos en absoluto, ni lo más mínimo, tenlo bien en cuenta. además hay otra cosa importante que debes saber: el monitor "emite" luz a través de sus pequeñas celditas y te puede confundir mucho respecto a la resolución real de tus fotos y respecto a su color, por eso casi siempre nos sentimos decepcionados cuando imprimimos nuestras fotos. Para la resolución debes ver siempre la adecuada al tamaño: 300 ppp para impresiones en papel y 72 ppp para internet. Y para el color debes calibrarlo de vez en cuando, al menos una vez cada tres meses o menos.

Para calibrar el monitor, antes existían unos programitas muy sencillos como el adobe gamma, pero en sistemas operativos antiguos. Lo mejor es hacerlo con un calibrador de color que podemos compartir con otros colegas, pues una vez usado, no lo necesitaremos hasta pasado un tiempo. Su uso es muy sencillo y diferente para cada marca así que no lo detallaremos aquí, sólo decir que existen de muchos tipos, algunos no sólo calibran el monitor sino además la impresora, la cámara, los papeles y los proyectores. Los hay de todos las gamas y precios hasta los profesionales que pueden superar ampliamente el precio de varias estaciones de trabajo completas.

- ¿Y eso?

- Pues ya lo hablamos, el color se plasma, se divide en tonos, en millones de matices diferentes, y nuestra vista los distingue, pero a los aparatos electrónicos les resulta enormemente complicado hacerlo bien. Por eso los muy buenos son muy caros. Con las tarjetas gráficas pasa algo parecido, te puedes quedar helado de lo que pueden llegar a costar.


Vamos con un repasillo a la edición del color: una vez tenemos el monitor calibrado podemos ajustar el color de nuestras fotos de muy diversas formas:

 

 


Color/tono automático: es la más sencilla y la menos recomendable pues trata la imagen completa de golpe, los colores que queremos alterar y los que no. Si lo usas, una vez aplicado, escoge edición >transición y tendrás un cierto control del ajuste. También con el pincel de historia puedes corregir parcialmente algunas zonas hacia atrás.

Niveles/curvas: Por cada uno de sus canales RGB te mostrará un histograma que puedes ir ajustando según tu idea. Si no deseas que los colores se saturen y se alteren es conveniente hacerlo en modo “luminosidad”. Si lo haces por capas eliges simplemente este modo en la ventana y si lo haces directamente te vas a edición>transición>modo>luminosidad. También hay otros modos diferentes, pruébalos.

Corrección selectiva: Escoges entre la lista de colores disponible, un color a tratar y te lo ajustará un poco mejor en ese color concreto.

Selección de gama del color (con el cuentagotas): Para mí el mejor, la clave reside en seleccionar cuidadosamente el tono/color, y una vez seleccionado puedes intervenir en él de muchas formas incluso reemplazarlo con otro o mezclarlo. Acuérdate: puedes bajar un color o subir su contrario, que es lo mismo. Un pequeño consejo: imprime la roseta de los colores primarios y complementarios y tenla a mano, mejor si te la pegas debajo en el monitor. En poco tiempo te la sabrás de memoria.

Uses el método que uses, se debe trabajar como lo hacían los laborantes para hacer copias en color de negativos: muy poco a poco y en varias veces pues si te pasas puedes "picar" hacia otra dominante distinta, de otro color, y te puedes volver majara. La experiencia y la práctica te permitirán trabajar cada vez mejor y con más eficiencia.

Como sabes, nuestras intervenciones en edición degradan mucho la imagen, sobre todo si vamos acoplando varias veces, así que trabaja despacio, entendiendo lo que haces, siempre por capas, todas las necesarias, no importa que tengas 30 capas o más. La imagen no se degrada hasta que terminas del todo y acoplas. Las capas no degradan la imagen, todos sus ajustes sólo están programados para hacerse, y que mientras tanto lo veas, pero en realidad no se hacen hasta que acoplas y si acoplas una vez, sólo se degrada una vez ¡Ok?


La salida: las impresoras, la imprenta

Respecto a la impresora lo primero que habría que preguntarse es si nos hace falta, ¿para qué?

- Pues para imprimir nuestras fotos, ¡tío! ¡para qué va ser! ¡estás tonto!

- Jacomettí, ¿y para qué las quieres imprimir si sólo las tienes en el iphone, en el ipad? ¿si sólo las cuelgas en la web? ¿tú sabes la cantidad de árboles que nos ahorramos y el bien que puedes hacer a la sociedad, a la cultura? ¿cuántas fotos crees que puedes imprimir al mes?

- Pues quizás 2 ó 3 ¿?

- Eso como mucho... y para eso pues mira, mejor que te vayas a la tienda, no te va a compensar ni por asomo.

Bueno, te lo voy a contar un poco de pasada pero para que lo sepas, eso no cuesta ni ocupa sitio:

Si te decides por imprimir en papel, debes decidirte por una buena impresora. Las hay de varias tecnologías, como las láser para oficinas, de sublimación y otras, pero las más interesantes para los fotógrafos son las de chorro de tinta, y dentro de éstas hay dos clases: las de tintas solubles y las de tintas pigmentadas, y como todo, cada una con sus ventajas e inconvenientes. Las copias pigmentadas son un poco más profesionales y tienen una estabilidad y duración en el tiempo mayores.

Se puede trabajar sin calibración usando los perfiles de color que los fabricantes de los papeles facilitan en sus webs para cada tipo de papel y para cada modelo de impresora. Pero lo mejor es calibrarla igual que el monitor para que lo que veas en pantalla sea exactamente lo mismo que salga impreso. Eso es así porque cada aparato concreto -aún siendo del mismo modelo y marca- tiene pequeñas diferencias que en el color pueden notarse bastante. Los perfiles de impresión los tienes que hacer para cada tipo de papel que uses e incluso los muy perfeccionistas los hacen para cada caja de papel aun siendo el mismo. Para eso se necesita un modelo de calibrador que sea capaz de ajustar las dos cosas: pantallas e impresoras y no todos lo hacen.

Esto da para todo un tutorial, así que lo dejaremos aquí. Si tienes alguna duda, a tu disposición.

¿Las imprentas? pues te digo lo mismo pero multiplicado por 10.

Sus procesos no han cambiado mucho en estos últimos años salvo en un par de avances importantes: lo primero que hacían antes eran filmar los fotolitos, que consistían en 4 grandes transparencias tramadas en blanco y negro, cada una de ellas con cada color complementario más el negro (CMYK), de ahí luego se pasaban estos fotolitos a positivos sobre planchas de aluminio tramadas en superficie, que son las que imprimen a toda pastilla sujetas en grandes cilindros que reciben la tinta a mansalva (cada cilindro por cada color) y la transfieren al papel. Esos fotolitos ahora ya no se hacen, las imprentas tienen un sistema que se llama Computer To Plate (CTP) que transfiere directamente nuestros PDF a las planchas de impresión.

Otro avance importante son la distribución de puntos en las tramas. Antes se hacía alineando los puntos de los colores de modo que cada color tenía asignada una línea en un ángulo determinado, para que las gotitas no se emborronasen unas con otras. Ahora esto se hace por ordenador, de forma aleatoria, formando tramas que se llaman estocásticas. De esta forma la calidad visual ha mejorado mucho.

Si alguna vez te ves forzado a trabajar con las imprentas, te pedirán los archivos en el modo CMYK (la última letra K viene de blacK, negro) pues en la imprenta no es posible conseguir todos los tonos sin el negro, debido a las impurezas de las tintas que emplean.

También es conveniente dárselo en formato PDF profesional en alta, cerrado, para que no tengan la posibilidad de alterarlo, así como pedirles unas pruebas o asistir al comienzo del tiraje de pliegos. Si te lo conceden (estás en tu derecho) cuando vayas: pues oír, ver y callar hasta que te den las pruebas y sugerirles tus objecciones con cierta delicadeza, pues una buena copia impresa siempre es peor que una buena copia fotográfica. Hazte el ignorante y pregunta amablemente una y otra vez, en poco tiempo aprenderás sus jergas, en el fondo es bastante sencillo y mucho menos crítico que cualquier proceso fotográfico. Cuando sepas habrás conseguido lo mejor: que al menos "no te la den con queso"



Y hasta aquí, amigos, sé perfectamente que esto del color es un tema un poco árido y complejo, quizás para algunos no ha resultado todo lo fácil y sencillo que pretendía, pero os prometo que lo he intentado. Para otros se habrá quedado corto, lo siento pero no estaba pensado para ellos.

A los que habéis llegado hasta aquí y a los demás, muchísimas gracias por vuestra atención.

¡Hasta los próximos "diálogos con la cámara"! que por cierto, ¡quedan absolutamente abiertos a cualquiera que desee exponerlos! ¡en la fotografía hay temas de sobra y en la AFT, talento para aburrir! ¿alguno se anima?

Como espectador o como autor ¡Hasta otra!

 

Podéis ver el hilo original de este artículo aquí

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