Dejando bien sentado que cada uno es muy libre de seguir las normas o saltárselas cuanto le plazca –sólo faltaría– está claro que en algo tenemos que ponernos de acuerdo para llamar a las cosas de la misma forma, para entendernos. Además resulta que muy a menudo se disfraza como voluntario lo que no es más que casual. Conocer a fondo los conceptos nos permite eludirlos mucho mejor, de una forma mucho más coherente.
Sobre este asunto que nos ocupa se suelen cometer, a mi juicio, errores muy habituales que desvirtúan los auténticos conceptos de lo que son las claves alta y baja.
El primero de ellos consiste en suponer que cualquier foto que hayamos tomado puede pasarse a clave alta o baja simplemente editándola: con los niveles, con las curvas o con los controles de saturación: subimos los tonos (clave alta) o los bajamos (clave baja), incluso aderezando el proceso con algunas máscaras parciales, canales o capas. De esta forma obtendremos unas fotografías que de ninguna forma están ni en clave baja ni alta y, además, resultan mal editadas
En el segundo error se trata de pensar que una clave alta la haremos con una exposición más larga que la correcta y que la clave baja la realizaremos con una más corta. Con ello tampoco obtendremos ni una clave alta ni una baja, lo que obtenemos son dos fotografías mal expuestas: una sobreexpuesta (la alta) y otra subexpuesta (la baja).
El tercer sistema erróneo está incluso más extendido, es mucho más sutil y es el que nos muestras en estas fotos. Seguramente en el curso te han dicho que es así, y si te han dicho eso, los que te han dado el curso están equivocados
.
Se trata
de suponer que para una fotografía determinada, en este caso un retrato, mediante una iluminación determinada (aquí a contraluz en la alta o variando a otro tipo de iluminación puntual lateral y rasante en la baja) lograremos fotografías en clave alta o baja. La iluminación puede ayudar pero no proporciona, en sí misma, la clave alta o baja. En absoluto.
Todos estos supuestos están equivocados porque la clave alta o baja de una fotografía no la determina ni la edición, ni la exposición, ni la iluminación, sino el
aspecto y la gama tonal de su contenido que es muy diferente. Por tanto, dos cosillas básicas elementales: por un lado nunca puede obtenerse de la misma fotografía una clave alta o una baja ni tampoco del mismo modelo, y por otro las fotografías deben estar correctamente expuestas siempre, estén en clave baja o alta.
Un ejemplo teórico: pensemos en un retrato de una cara de una japonesa de tez pálida sobre un fondo blanco sobre el que únicamente destacan sus ojos o sus labios rojos. Eso es clave alta. Y lo contrario, clave baja: un rostro de una persona de raza negra sobre un fondo negro en el que únicamente resaltan sus dientes blancos.
Otro ejemplo práctico sobre otro motivo diferente:
En ambos casos, los retratos y los paisajes tenemos fotografías correctamente expuestas con todos sus detalles donde la iluminación es la que deben tener y sobre las que no es preciso edición alguna.
… Y dicho esto creo que queda argumentado que las fotos que nos muestras no son clave alta ni baja pero me parecen buenos retratos, en el primero se te han escapado las altas en lugares que sí debería haber detalle, recuerda que en el supuesto de que se estimara como una clave alta “académica”, nunca deben reventarse, salvo en sitios sin importancia como los bordes del pelo o porque tu propósito sea reventarlas, en cuyo caso nada tengo que decir, claro. Pero no lo creo