Fue construido entre los siglos VIII y IX por los árabes y conquistado por Alfonso VI en 1074 para la Corona de Castilla.
En 1114 fue donado a la Orden de San Juan.
En tiempos de don Juan II, durante la guerra civil, el infante don Enrique y otros señores enemigos del privado del condestable Álvaro de Luna lo tomaron, y con ayuda de las gentes de alrededor lo destruyeron casi por completo, para inutilizar un punto de control que podía ser ocupado por el enemigo.